El tofu es un ingrediente básico de la gastronomía japonesa, utilizado en la elaboración de muchos platos. Su textura y sabor son muy suaves. Es un alimento muy versátil que se puede comer de muchas formas distintas: a la plancha, rebozado, en sopas … Siempre recomendamos comprarlo orgánico o ecológico y evitar el elaborado con soja transgénica. Algunos ejemplos de platos elaborados con tofu: sopa miso, kitsune udon, hiyayako, inarizushi…etc.
El origen del tofu, al igual que muchos alimentos elaborados a partir de la soja, lo encontramos en China. Se dice que se descubrió hace más de 2000 años por casualidad, cuando un cocinero añadió algas a la leche de soja y esta se le cuajó. El tofu se introdujo en Japón en el siglo VIII.
El proceso
El tofu es un producto que se elabora con leche de soja cuajada, por lo que es 100% vegetal. El proceso de elaboración del tofu se inicia remojando las semillas de soja en agua fría durante un máximo de 24 horas. Después del remojo los granos habrán absorbido agua suficiente para duplicar su tamaño y se habrán ablandado por lo que serán más fáciles de trabajar.
Se trituran las semillas y se obtiene una pasta, que se centrifuga para separar el líquido del sólido y obtener así 2 productos: leche de soja y harina de soja (que se utiliza para elaborar productos alimentarios y también pienso para animales).
La leche de soja se hierve, y se le añade cloruro de magnesio y agua para que se cuaje. Una vez cuajada se drena la masa para sacar el máximo de líquido, se prensa y se coloca en los moldes.
Es una proteína vegetal de alto valor biológico por lo que es muy aprovechable por nuestro organismo. Además es perfecta para aquellas personas que no consumen proteína animal o consumen poca, ya que contiene más proteínas que las legumbres y es más fácil de digerir que las proteínas de origen animal.
A nivel nutricional es rico en vitaminas del grupo B y E y también tiene calcio, hierro, potasio y fósforo. Además contiene fibra, antioxidantes, es bajo en grasa y bajo en calorías.