Fruta de lujo en Japón ¿Una cajita de fresas a 400 euros? Una sandía por 200 euros?. Estos precios exorbitantes de determinadas frutas solo se ven en Japón y es una de las muchas cosas que nos chocó en nuestro primer viaje. ¿Quién compraba fruta a esos precios? y ¿Por qué era tan cara la fruta?
En Japón la tradición ha establecido dos fechas importantes durante el año en que la gente se hace regalos. Una es en invierno y otra en verano (Oseibo en diciembre y Ochugen en verano). Los japoneses se hacen regalos como muestra de respeto, aprovechan para expresar gratitud y agradecimiento a través de los obsequios.
No solo se regala a familiares sino que también se obsequia a los jefes del trabajo, clientes fieles, socios de negocios… Además de estas dos fechas anuales, también en otros momentos se regala fruta para cultivar relaciones en Japón.
Algunas tiendas…
Una de las tiendas en Tokio donde se vende esta fruta de lujo es Sembikiya, que es la frutería más antigua de Japón, desde 1834 se dedica al negocio de la fruta. En la actualidad Sembikiya vende fruta de lujo por todo Japón. Su tienda insignia en Tokio tiene 30 empleados y cuando miras sus escaparates, vitrinas y respiras el ambiente de la tienda, parece más una joyería que una tienda de fruta. Otra emblemática tienda de fruta en Tokio es Shinjuku Takano, abierta desde 1885.
Las frutas mas caras…
Las frutas por las que se pagan cantidades astronómicas son las frutas llamadas “hashiri”, que son siempre las primeras frutas de la temporada y las que tienen mejor sabor. En Japón la compra y consumo de fruta está ligada a costumbres sociales y culturales. La fruta tiene un valor especial, se considera un artículo de lujo y tiene una función ritual en la costumbre japonesa de dar regalos.
La uva más cara del mundo es japonesa y se llama Ruby Roman. Se cultiva en la prefectura de Ishikawa (Isla de Honshu) y se han llegado a pagar más de 9.000 euros por un racimo. De esta variedad de uva solo se generan 2.400 racimos al año y los más económicos puede comprarse por unos 800 euros. Cada racimo tiene 30 uvas, ni una más ni una menos y cada uva pesa 20 gramos, tienen como mínimo un 18% de azúcar y bajos niveles de acidez.
Los melones Yubari son los más caros del mundo. Los primeros ejemplares de la temporada llegan a venderse en subasta por sumas astronómicas. En 2019 se llegaron a pagar más de 40.000 euros por una pareja de melones. Sobre los melones Yubari hemos escrito un artículo completo que puedes ver en el siguiente link
Las fresas “Bijin Hime” (que en japonés significa princesa hermosa), son unas fresas de tamaño considerable y una sola unidad puede costar la friolera de 400 euros. Estas fresas tardan un mes y medio en crecer, tienen el tamaño de una pelota de tenis y solo se producen 500 unidades al año. Detrás del precio también se esconden los 16 años de ensayo y error que han tardado sus productores en alcanzar la perfección.
Otras fresas también muy apreciadas son las Sembikiya Queen. Se venden en docenas y tienen un precio de unos 80 euros la caja. Todas tienen una forma perfecta.
Los mangos de la variedad Taiyo no Tamago (que significa “huevo de sol” en japonés) son otra de las frutas más apreciadas. Se cultivan en la prefectura de Miyazaki. Se han llegado a pagar más de 3.000 euros por una pareja de mangos. Cada ejemplar pesa un mínimo de 350 gramos y son muy dulces y jugosos.
La sandía Densuke se cultiva en la región de Toma-cho (Hokkaido). Por las primeras sandías de la temporada se llegan a pagar más de 4.000 euros la unidad. La producción anual no supera los 10.000 ejemplares y pesan entre 7 y 11 kilos. Su corteza es de color negro brillante, muy lisa, sin manchas ni rayas y su pulpa es de un intenso color rojo y super dulce. Tras la subasta, el resto de la producción se comercializa a más de 200 euros la unidad.
Las sandías cuadradas son muy apreciadas en Japón. Se cultivan en la prefectura de Kagawa, en la isla de Shikoku. Para conseguir su forma cuadrada se colocan en unas cajas de vidrio cuadradas cuando empiezan a crecer. Hay que anotar que por dentro son idénticas a las sandías convencionales. Parece ser que uno de los motivos de hacerlas cuadradas es para encajarlas mejor en las neveras…
La manzana Sekai Ichi es conocida como la mejor manzana del mundo. Cada una pesa un kilo y cuesta unos 25 euros la pieza. Es un cruce de dos variedades (Red Delicious y Golden Delicious). Su circunferencia mide un mínimo de 30 cm.
A pesar de todo lo visto hay que decir que no toda la fruta en Japón tiene estos precios. Es cierto que es bastante más cara que nuestra fruta, debido principalmente a que la particular orografía de Japón (donde predominan montañas y costa) solo permite que se cultive un 15% de su superficie, y la mayoría de esta se dedica al cultivo de vegetales. En un supermercado japonés de barrio es normal pagar por una manzana 12 euros o 30 euros por un melón.
La fruta que se regala, además de ser una fruta de proporciones perfectas, es cultivada con unos estándares de calidad excepcionales, se embala en un paquete exquisito, donde la fruta se presenta perfectamente colocada y protegida.