Caqui, una preciada fruta de otoño. El caqui es un fruto de otoño muy apreciado en Japón. Los árboles del caqui pueden medir hasta 10 metros de altura y antes de dar la fruta sueltan sus hojas por completo. Contiene valiosos nutrientes: un alto contenido en fibra, vitaminas A ,C y B’s, minerales y polifenoles. Además posee cualidades diuréticas debido a su alto contenido en potasio y calcio.
Los caquis se pueden clasificar en dos grandes grupos: los astringentes y los que no lo son.
El caqui no astringente (Amagaki) suele comerse como postre, pelado y cortado en trozos. Dentro de la variedad dulce tenemos los tipos Jirogaki, Fuyugaki y Taishugaki (entre otros).
Caqui – una preciada fruta de otoño…
El caqui astringente (Shigugaki) tiene que dejarse madurar más tiempo para que pierda su astringencia de forma natural. Tienen entonces una textura más deshecha, como mermelada, perfecta para utilizarla como cobertura o comerla con cuchara. Dentro de la variedad astringente tenemos diferentes tipos: Saijogaki, Gionbo y Hachiya (entre otras).
De la variedad de caquis astringentes es de donde se preparan los caquis secos llamados “hoshiyaki”. Hachiya es la variedad más empleada para este propósito aun que también pueden utilizarse otras variedades. Para conseguir los preciados caquis secos se escogen los mejores ejemplares y se pelan. Las pieles se pueden guardar, secar y utilizar para aromatizar tsukemonos.
Una vez pelados los caquis se cuelgan del rabito con cuerdas y se dejan secar al aire en un espacio donde toque el sol. El tallo debe cortarse en forma de “T” para poder atarlo firmemente y que aguante colgado el tiempo necesario. La combinación de la luz del sol y la brisa elimina la astringencia y extrae el dulzor de la fruta. Durante un mes se masajean los caquis para facilitar la evaporación del agua, reducir los pliegues del fruto e ir rompiendo las fibras para que se activen y liberen los azúcares.
Estos acabarán cristalizando en la superficie y les dará ese aspecto de cobertura de polvo blanco. El resultado final es una fruta seca de delicado sabor dulce y una textura suave que se extiende en la boca y produce una sensación deliciosa. Para completar todo el proceso son necesarias de 3 a 6 semanas. El tiempo de conservación óptimo será de 3 a 6 meses, ya que se trata de un producto natural sin conservantes.